Cuando llega la vejez son muchos los cambios que ocurren en el organismo y en la vida, pero hay un fenómeno, un enemigo silencioso,  que está llevando a los ancianos a correr el riesgo de padecer enfermedades mortales

Redacción.- Patricia Chirinos

Se trata del sedentarismo, el modo vida de las personas que poco hacen ejercicio y que se ha convertido en el enemigo silencioso número 1 de la tercera edad.

Aquí les explicamos cómo identificarlo y prevenirlo a tiempo.

¿Qué significa el sedentarismo en la tercera edad?

Al llegar a los 65 años, es común que se confunda la comodidad con inmovilidad y las personas de esta edad empiecen a dejar de hacer actividad física, o peor aún, no dar importancia a la movilidad, al sentir que se reduce su funcionalidad motora.

Esto hace que sean propensan a llevar una vida sedentaria, y con ello, comiencen a deteriorarse de manera progresiva.

Este modo inactivo de vivir representa una amenaza para las personas mayores, dado el riesgo de padecer enfermedades cardíacas o vasculares,  que están consideradas como causas de muerte prematura en la actualidad, según un artículo publicado en vidaabuelo.com.

¿Por qué el sedentarismo es un peligro para los ancianos?

De acuerdo a especialistas en salud, el sedentarismo es una enfermedad que se caracteriza por la poca actividad física y desencadena distintas consecuencias negativas que pueden resultar en muerte si no se presta la atención médica y estimulación necesarias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) adivirtió en 2018, que el sedentarismo va en aumento y está atentando contra la vida de una cuarta parte de la población adulta en el mundo sin que esta se de cuenta.

Por tanto, el sedentarismo ha reducido la esperanza de vida de las personas que pasan los 60 años de vida.

¿Cómo indentificarlo?

Por ser un «enemigo silencioso», las personas de más de 60 años no son conscientes de cuánto permanecen más tiempo sentados o acostados. De acuerdo a especialistas, quedarse sentado por más de 4 horas en un sofá es más peligroso para una persona mayor que fumar o vivir obstinado.

Por ello,  es importante encender las alertas y vigilar el tiempo que un adulto mayor permanece sentado o de pie pero inmóvil, o bien, si se siente fatigado o si duerme más de 8 horas, ya que el sedentarismo se manifiesta de diversas formas.

También es recomendable que si tiene que permanecer sentado por alguna condición vascular, se levanté y camine al menos 5 min, antes de volver a su posición inicial.

¿Qué hacer para prevenir el sedentarismo?

Primero, entender que esta enfermedad refuerza el envejecimiento y causa el deterioro físico y mental de las personas mayores, para luego estar atento.

Lo segundo, es estimular a la anciano con actividad física suave, dado que el problema radica en que la mayoría prefiere llevar una vida menos movida para evitar dolores musculares o no cansarse.

Comenzar con una caminata de 45 minutos diarios será el primer paso de la prevención.

Otra forma de evitar el sedentarismo es incentivar al anciano a hacer las tareas del hogar que necesiten de más movilidad, ejemplo: trapear espacios pequeños de la casa, organizar un armario u ordenar los juguetes de los niños.

Subir al menos 5 escalones de vez en cuando también es una manera de prevenir la silenciosa enfermedad, y lo mejor, será hacerlo en familia.

Sin embargo, existe una solución mucho más fácil. Se trata de dejar al adulto mayor un día en manos de personal capacitado que reavive en él o ella la motivación de moverse.

En los GeriátricosGGA contamos con cuidadoras especializadas, que a través de actividades de estimulación cognitiva y motora mantienen activa a la persona mayor.

La lucha contra el sedentarismo en la tercera edad es de todos. No dude en consultar nuestros servicios.

Somos la Casa del Adulto Mayor.